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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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12-11-2014

 

 

URUGUAY – NO CONFUNDAMOS EL DEBE, CON EL HABER

 

SURda

Opinión

Carlos Amir González

 

Acompañando la voluntad de más de un millón cien mil uruguayos, voté al Frente Amplio el pasado domingo 26 de octubre. Las razones que me llevaron a hacerlo, en el entendido que era la opción “menos mala” para el Uruguay capitalista desarrollista de la actualidad, no fueron las que me asisten desde la primera hora en que creía que el FA era la opción transformadora socialista de la sociedad uruguaya, cuestión en la cual hoy día luego de dos gestiones de gobierno del mismo, no creo.

Procesos de revolución y contrarrevolución

Ríos de tinta analítica han corrido tras la caída de los regímenes socialistas de la ex Unión Soviética, de los países del este europeo, del aprovechamiento de la transnacional yanqui europea llamada OTAN para la destrucción de Yugoeslavia, de las diversas conversiones de la China Comunista que llevan a distintas interpretaciones y lecturas, del consecuente y silencioso cerco a el proceso revolucionario cubano, pero estos inacabados análisis aún no concluyen en la real caracterización de época en que los movimientos revolucionarios y emancipadores de los pueblos, estamos insertos. Desde mediados de la década del 70 del siglo pasado, el triunfo de la revolución conservadora bifronte de Reagan y Thatcher ha expandido sus tentáculos a lo largo y ancho del planeta, obligando a las fuerzas de la revolución socialista transformadora y anticapitalista a un repliegue que no finaliza, como en viejas épocas las clases dominantes para conservar su poder político y económico no dudan en insertarse en los movimientos populares para liderarlos a cambios y transformaciones que no modifiquen en nada las bases medulares de la generación de sus privilegios y riquezas.

Hoy el capítulo de la “primavera árabe”, donde ejércitos regulares de los países capitalistas imperialistas (otrora imperiales en la misma región) conjugando esfuerzos militares con mercenarios fascistas de distinta laya, protagonizan el arrasamiento de una civilización árabe que aún con dignidad, bajo el bombardeo, la tortura de mujeres niños ancianos, prisión (más de 10.000 palestinos en cárceles israelíes, miles de niños), no se resigna aún a entregarle sus tierras y su gente a viejos califatos restauradores y a nuevas formas colonialistas de apropiación ilegítima de regiones del mundo, y sigue luchando por recuperar los avances a los que llegaron estos pueblos por vía propia, y no los que les quiere imponer a punta de revólver la decadente y putrefacta “civilización occidental y cristiana” capitalista.

En apretada síntesis, en esto de reseñar los avances contrarrevolucionarios de la época, frente a los cuales los análisis de carácter nacional o internacional, no tendrían que ser omisos, como muchas veces lo son, faltaría introducir que al mundo europeo de “naciones del bienestar social” se lo llevó puesto también la revolución conservadora del capitalismo de época, no solo con administraciones de gobiernos de derecha sino que también con sumisas y corruptas gestiones socialistas y socialdemócratas, que hoy dejan huérfanos a los pueblos europeos frente a las crisis de la debacle de un sistema social y económico que enriquece cada vez más a una élite financiera y empobrece masivamente a las clases populares.

El mundo sigue girando

“…y sin embargo, se mueve.” Impenitentemente hay que seguir moviendo las piezas, en esta maratónica partida de siglos, no es permitido “peticionar tablas”, la tirada de los reyes no es voluntaria o en todo caso parte de la voluntad de los pueblos movilizados por el mejoramiento de sus circunstancias históricas. Hay zonas de la historia donde los poderosos pueden seguir gobernando como siempre, y otras donde los pueblos “golpean las puertas de palacio” para exigir cambios.

El mismo mundo que hoy mira la lenta y continuada agonía de millones de africanos, el arrasamiento y la barbarie con que se busca someter a los pueblos árabes y exterminar al pueblo palestino, también observa con esperanza los procesos políticos que se abren en América Latina para el mejoramiento de las condiciones de vida de sus pueblos, entre otros el uruguayo.

Con el triunfo del FA en las elecciones nacionales uruguayas, el mismo asumirá un tercer período de gobierno. Quienes además de apoyar estos gobiernos, mantenemos un sentido de razón crítica hacia el accionar de los mismos y sus previos compromisos programáticos, éticas políticas y sociales de conducta de sus representantes, en definitiva que en lugar de “honrar sus pigmeos egos históricos”, honren la pléyade de hombres y mujeres que sacrificando sus vidas de varias formas iniciaron los procesos que hoy les permiten brillar con luz ajena.

El futuro presidente de los uruguayos, doctor Tabaré Vázquez, quién regirá nuestras vidas en los próximos cinco años, exitoso empresario de la salud privada, hombre del Opus Dei y la masonería, ya ha dicho que el rumbo de su gestión no se correrá hacia ningún lado, entiéndase “izquierdo o derecho”. Con su previo nombramiento de Danilo Astori, como ministro de Economía y Finanzas, esto estaría demás decirlo, porque ya fue aplaudido por los organismos que rigen la vida económica de los países capitalistas, entre ellos el FMI, y estas bendiciones no son gratuitas, el futuro ministro garantiza “los buenos sueños” del capitalismo nacional y extranjero. Cuando el Grupo de los 8 dentro del FA, y la emergencia de la aparición de los grupos que respaldan a la senadora Constanza Moreira, reclamaron cambios dentro de las políticas impositivas, económicas, industriales, agropecuarias, dentro del FA y que fueron sintetizadas en que era necesario “un giro a la izquierda”, Astori salió a decir “que el FA era un gobierno de izquierda, y que por lo tanto no había que dar un giro en este sentido”, hoy en lo que será su segundo gobierno, Vázquez confirma lo mismo.

El gobierno de Mujica, demagógico y populista, a mi entender, hizo muchos guiños a la izquierda y saldó todas sus políticas en acuerdos con la socialdemocracia de derecha con la que convive dentro del FA. Pero en el contexto del macromundo nacional uruguayo nadie resiste las razones de éxito de los actuales ganadores, ni yo mismo, bajísimo desempleo, y un sinnúmero de mejoras sociales y económicas. Se habla de la recuperación de un 46 % del salario real, y por aquí me tienta decir que según estadísticas, de 1970 a la post dictadura se había perdido un 70 % del salario real, será que pese a todas las mejoras obtenidas todavía se está por debajo de un 30 % del salario del 70 y aplaudimos esto como un logro ?. Tendríamos que añadir que 800.000 trabajadores cobran mensualmente por debajo de los 15.000 pesos, lo que es el valor de una cuarta parte de una Canasta Familiar Básica.

En reciente aparición televisiva, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, dijo que “no hay que dramatizar la necesidad de un giro a la izquierda, la modificación en políticas fiscales y una mejor política de redistribución de la riqueza”, espero que no sean frases demagógicas dirigidas al electorado del balotage.

Treinta y cinco mil uruguayos llegaron del exterior para votar mayoritariamente por el Frente Amplio, es casi el doble de los que vinieron en anteriores oportunidades. Mujica peticionó esto especialmente a los uruguayos residentes en Argentina. Previamente a la comunidad de uruguayos residentes en Chile les había manifestado que la “derecha en Uruguay no había acompañado en el parlamento un proyecto del FA para que los uruguayos en el exterior pudiesen votar por vía consular”, lo que olvidó decir es que en el proyecto de reforma que se impulsó en las elecciones nacionales del 2009, en ese mismo sentido ni su sector del FA, ni otros muchos, ensobraron la papeleta que solicitaba la reforma, algo así como que “los de afuera son de palo”, hasta que los necesitemos. De nuestra parte, gracias uruguayos del exterior, por sobrellevar las vilezas de estos “aprendices de brujos”.

Por estos días también, la Justicia de otros países, nos dio lecciones. La Justicia de Italia pidió la extradición a Uruguay de varios torturadores y criminales de la dictadura uruguaya, los cuales gozan de las bondades de la Ley de Impunidad en Uruguay o la de asilo con ciudadanía conferida en Brasil. Ley que con la anuencia de perversas razones de “izquierda a derecha”, maquilladas argumentaciones jurídicas y políticas, aún rige en Uruguay, paraliza la justicia en su “deber accionar”, y deja a Uruguay en el plano internacional como una nación que no Honra los Derechos Humanos.

Van Rampaey, ex ministro de la Suprema Corte de Justicia, explicó en su momento que los Derechos Humanos no podían estar sujetos a ninguna mayoría plebiscitaria, ni parlamentaria, ni de ningún orden, si los mismos no eran respetados aunque más no fuera sobre un único ciudadano, la Justicia debía actuar punitivamente sobre quienes no los respetasen. Que decir en Uruguay donde miles de ciudadanos, durante la dictadura, fueron torturados, prisiones de años en deplorables condiciones, muertes en tortura, y más de 150 desaparecidos, y a 30 años de la recuperación democrática, las víctimas con nulas respuestas de gobiernos y justicia, o con perversas respuestas de gobernantes y parlamentarios de izquierda, diciendo que la herida flagrante que rige en miles de ciudadanos uruguayos, “la arreglan ellos tomando grapa con su torturador”, o que los familiares de “víctimas del terrorismo de Estado” o las propias víctimas, pretenden trabajar en la búsqueda de sus debidas reparaciones, de víctimas permanentes. Y esto lo dicen apoltronados en sus jugosos sueldos, que entre muchos se los brindan las propias víctimas a las que victimizan nuevamente.

Ojalá que algún día, podamos levantar la escalera que nos permitan quitarle los clavos, al Jesús del Madero.

 

 

 

 

 
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